El secreto (poco sexy) de escribir textos que venden

Hablemos de ser creativo.

Creativo, para mí, es un diseñador. Alguien que con cuatro indicaciones vagas, «Quiero que se vea actual, pero profesional, que refleje dinamismo y que sea sencillo», es capaz de hacerte un logotipo que, cuando lo ves, te ilumina la cara: «¡Eso es justo lo que quería!».

Creativo es el chef que olvida ir a la compra y, con lo que le queda en la nevera, incluyendo ese limón arrugado condenado al destierro de la puerta de la nevera, hace un plato que te hace llorar de emoción.

Creativo es el escritor o guionista que coge una historia sencilla, de las que pasan todos los días, en plan «Chico conoce chica, chica no le hace caso. Pero él insiste y acaban felices», y es capaz de crear un bestseller, una película memorable o incluso una serie que mantiene enganchada a la audiencia 10 temporadas.

Lo mismo puedo decir de un músico que sabe componer una melodía capaz de llevarte al mismo estado de ánimo CADA VEZ que la escuchas.

Eso es ser creativo. Coger 4 ingredientes, para una canción, para un plato, una marca o una historia, y CREAR algo memorable con ello.

Hablemos de alguien que NO es creativo.

Un copywriter.

Un buen copywriter no crea. No es un novelista ni un poeta.

Lo único que crea, en todo el proceso, es un nuevo documento en blanco. En Word o en Google Docs. Eso es todo lo que crea.

Y, a continuación, lo llena con textos sobre lo que sea que vaya a escribir.

¿De dónde salen esos textos? No los crea. Los busca.

Busca en entrevistas al dueño del negocio, habla con clientes, coge los textos del propio producto, los de la competencia, busca en foros y reviews de productos similares… Y vuelca todo, TODO, en su documento en blanco.

Y cuando termina, destaca con un fosforito verde las frases que sabe que van a impactar. Ideas persuasivas, argumentos, beneficios, una afirmación que representa muy bien la voz del dueño o la marca…

Y luego, las usa casi literalmente para ensamblar el mensaje.

Porque un copywriter no crea. Un copywriter ensambla.

No tiene más. Es normal que el 70% de los textos de una página de ventas los saque de testimonios o de las palabras literales de mi cliente al entrevistarle.

Mi trabajo es buscar, buscar, buscar. Escuchar, escuchar, escuchar. Y detectar cuáles de esos mensajes se producen en la mente de tu cliente.

Y cuando tengo eso claro, lo ensamblo, le doy sentido en forma de historia. Con un toque de curiosidad, ahora tocando un dolor, ahora abordando una inseguridad, ahora dándole esperanza al lector…

Vamos, metiéndole un viaje emocional para que diga: «Ostras, este sí que sabe bien por lo que estoy pasando. Tiene que ser bueno.» Y que compre. O pida cita. O dé un donativo. O lo que sea que queramos que haga.

Pero no hay creación. Solo ensamblaje. Cojo tus palabras, las de tus clientes o las de otros que han tenido el mismo problema que tus clientes, y las ensamblo en una página de ventas o una secuencia de mails para que el mayor número de personas posible que las lea, te compren.

Si eso no está pasando ahora en tu negocio, si crees que, de las personas que visitan tu web o se suscriben a tu lista, podrían ser más las que te acaben comprando, quizá te interese que hablemos sobre tu proyecto:

> Javi, hablemos de cómo puedes crear ensamblar los textos de mi negocio

Si decides trabajar conmigo, te freiré a preguntas. Y, cuantos más detalles e historias me des, mejor será el mensaje que ensamblaré para ti. Y mayores tus ventas, claro.

Que pases un gran día.

Javi «ensamblador» Vicente

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