Hay una cosa que dice mucho de tus textos.
Pero mucho.
Mira. El otro día acabé una página de ventas.
Para una neurocientífica. Hace cosas de psicología, estudia la mente, ha experimentado con monos y con niños. Feos y monos.
Y tiene una formación muy chula sobre cómo afrontar o convivir con los pensamientos negativos.
Entonces me puse a investigar. Y vi que era un tema que genera bastante interés. Así que, cuando terminé de escribir la página, se la di a leer a 5 personas que conocía y que sabía que podían estar interesadas.
Esto es importante. No se la di a leer a la cajera del súper, que es muy maja y me saluda cuando voy con Matías de compra. Tampoco a mi tía la del pueblo, que me sigue en LinkedIn. Ni a mi madre, que le encanta lo que escribo.
No. Esas personas no son el cliente al que nos dirigimos.
Se la di a leer a 5 personas que sabía que podría interesarles lo que cuento ahí.
Y presté atención.
Estuve muy atento a lo que me dijeron al terminar de leer.
Porque si después de leer tu texto te dicen cosas como:
– Guau, qué pedazo de titular, me encanta.
– Oye, qué subtítulo más bueno, me has enganchado desde ahí.
– Qué selección de palabras. Es muy fácil de leer…
Y cosas similares…
Bueno. Sé que he fracasado estrepitosamente. Porque están leyendo mis palabras, pero no están viendo las imágenes que deberían dibujar en sus mentes.
Con esta página de ventas buscaba reacciones como:
– Ostras… yo tengo todos esos pensamientos negativos. ¿Y dices que el curso este es bueno?
– Vaya. Esto me pasa mucho. ¿Crees que debería hacer el curso de esta chica?
– Oye Javi… una cosita. ¿Si hago el curso puedo dejar de tener pensamientos negativos? ¿me lo recomiendas?
– Joder. Pues todo esto me pasa a mí ¿Soy una negativa? ¿El curso está ya a la venta?
Eso es lo que busco. Que lean y vean. Y que lo que vean sea lo suficientemente acuciante como para que quieran comprar.
Sé que esa página de ventas va a funcionar bien porque ese fue el tipo de reacciones que obtuve.
Y también sé que si esta neurocientífica es capaz de llevar al público adecuado a la página de ventas, podrá seguir experimentando con niños monos y monos feos el tiempo que quiera.
Ahora. Si tú también buscas que tus lectores se fijen en las imágenes que crean tus textos y que no se las puedan quitar de encima hasta que compren, mira cómo puedo ayudarte:
Que tengas un gran día.
Javi «imágenes en la mente» Vicente.
PD: para que lean vean cómo puedes ayudarles (y compren). Enlace.
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¿Qué te deparará el destino?