Mi brazo izquierdo tiene la misma movilidad que el de Espinete.
Y eso es un problema. Porque soy zurdo.
También lo sería si fuera diestro, claro.
No poder levantar tu brazo por encima de la cabeza sin sentir un dolor intenso es un fastidio. Para ponerte una camiseta. O el abrigo. Para afeitarte (la cabeza). Llevar una maleta de ruedas. Enjabonarte la espalda. O coger a caballito a Matías.
Bueno. Ignoro cuándo y cómo surgió (horas y horas de videojuegos, teclear código y copy, frontenis, squash, aikido, capoeira deben tener algo que ver)…
… pero hay algo que tengo muy claro:
Que me quita calidad de vida… Y lo que más teme el hombre viejoven… Que va a más.
Así que he puesto en marcha un plan.
Es un plan aburrido y poco sexy.
Unos ejercicios. Simples. Casi chorras (gracias Íñigo, son la repera).
No son para tener las espaldas de Hulk. Son para recuperar el tono de los tendones y músculos que están doloridos y, seguramente, atrofiados.
Y el plan es repetirlos. Sistemáticamente. Con la frecuencia que toque. Algunos cada 3 días. Otros 3 veces al día.
Duele. Es aburrido. Cuesta encontrar el momento.
Pero sé dos verdades verdaderas: La primera es que es imposible que mi hombro mejore si no sigo el plan.
Aquí no hay varita mágica que valga. Ni analgésicos, ni cirugía.
Y lo menos intrusivo (y efectivo) es perseverar.
Hacer los ejercicios 1 semana y parar, no.
Repetir. Sin visos de parar. Sin prisa. Sin pausa.
Aunque no sepa cuándo notaré la mejoría.
Lo que me lleva a la otra verdad impepinable:
Es imposible que mi hombro no mejore si me ciño al plan.
Tardaré 3 meses o 3 años. Eso no lo sé. Lo que sí sé es que con cada iteración, mi lesión mejora.
Aunque yo no lo perciba. Por poquito que sea, mis tendones se irrigan mejor, mis músculos se vuelven más fuertes y eso, tarde o temprano, me llevará a donde quiero estar.
Bien.
Tengo un curso de email marketing. Es para ejercitar tu músculo de hacer dinero.
Mandando emails (lo menos intrusivo para tu bolsillo y también lo más efectivo).
Son emails de venta. Te venden a ti. Y lo que tienes a la venta. A base de que el lector los abra, los lea y sienta ganas de sacar la tarjeta.
Es probable que no notes mejoría con el primer mail que escribas. Ni con el segundo.
Pero si te ciñes al plan, es imposible que tu forma de vender no mejore. Imposible.
Por si te interesa, los detalles de cuáles son las tablas de ejercicios que debes repetir sin prisa pero sin pausa están en este enlace:
Que pases un gran día,
Javi «mi hombro pocho tiene los días contados» Vicente
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¿Qué te deparará el destino?