Hoy te lo explica la Fallera Mayor

Ayer estuve en la Mascletà de Valencia.
 
Mezclado entre la multitud, observaba:
 
La gente iba a la suya. En grupos. En parejas. En familia. Esperando. Entonces, el reloj marca que quedan 2 minutos para que comience. Y alguien, impaciente, emite un silbido de abucheo.
 
Otro le sigue. Y otro más. Y en segundos el silbido se propaga entre el gentío como una reacción en cadena. Los abucheos se apoderan del público y suben de intensidad, coordinados, casi orquestados.
 
Nadie va a la suya ya. Todos actúan en conjunto. Ya no son gente. Son una multitud.
 
Un órgano, un tejido, un enjambre. Algo más grande y poderoso que un conjunto de celulitas agrupadas. Algo arcaico y primitivo con su propio cerebro y deseos.
 
Los pitidos no cesan durante dos minutos interminables. Pero entonces sale la Fallera Mayor al balcón del ayuntamiento micro en mano y dice:
 
«Senyor pirotècnic-» … y no se escucha el resto de la frase porque la multitud enloquece. Gritan, aplauden, ovacionan, saltan, alzan los brazos al aire.
 
Y con el sonido del primer petardo, enmudecen y sacan el móvil para inmortalizar el momento.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Quien acude a una Mascletà por primera vez no olvida esta escena en la vida. No solo por el ruido y la pólvora del evento, sino por lo visceral de las reacciones de la multitud.
 
Y esto encierra una valiosa lección de ventas. Porque una forma tremendamente efectiva para que se acuerden de tu negocio (y te compren) es provocar emociones en tu lector.
 
Conocer qué cosas provocan dolor, enfado, molestia, en la multitud a la que puedes ayudar.
 
Conocer qué quieren escuchar de tu boca para que te reciban con vítores cual Fallera Mayor.
 
Y saber contarlo de la forma adecuada para que te lean y les cueste resistirse a sacar la tarjeta.
 
 
 
Eso, precisamente, es lo que enseño a hacer en mi curso de email marketing.
 
Con cada email de ventas que escribas y mandes.
 
Si quieres que tu lista se convierta en una multitud que baila al son que le marcas, en el enlace te doy los detalles de cómo hacerlo:
 
>>> Abrir, Leer, Comprar
 
Puede que no recuerden todo lo que les digas, pero se quedarán con lo que les haces sentir.
 
Eso siempre.
 
Ahora es cosa tuya decidir si les quieres dejar indiferentes o llevarlos a la venta.
 
Multitudinariamente,
 
Javi Vicente

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