La asiduidad es tu amiga

Verás.

De todas las falsas creencias que hay en mi audiencia, la que más se repite es esta:

«Si envío muchos correos me van a mandar a paseo.»

Te la he puesto rimada porque queda más salada.

Oye, que es está bien tener miedo. Yo lo tengo cada vez que hago algo por primera vez.

Especialmente si parece que va a merecer la pena. Conducir, dormir fuera de casa, viajar solo, emprender, besar, amar.

Ninguna me salió perfecta a la primera. Ninguna fue un desastre total cuando no salió bien.

Así que pensar que si mandas un correo de más, toda tu lista se va a dar de baja de golpe y te vas a quedar con 0 suscriptores… quizá es un poco exagerado.

¿Puede ocurrir? Puede, claro. Yo no lo he visto nunca, pero es una posibilidad. Remota, pero posibilidad.

Especialmente si mandas correos que entretienen, informan e invitan a comprar.

Mails que tratan de vender a la desesperada, no. Mails que invitan a que te compren.

Bueno. Pues si mandas mails así, lo que está claro es que la asiduidad es tu amiga.

Porque cuando descubres que hay una relación directa entre el número de mails que mandas y la gente que te compra, entonces quieres hacerlo más.

Como cuando descubres que conducir, dormir fuera de casa, viajar solo, emprender, besar o amar es todavía mejor de lo que habías imaginado.

Al final, el temor a mandar un mail de más es algo a lo que te tienes que enfrentar tú. Por mucho que te diga que es el marketing más barato que puedes hacer y el que más retorno puede darte (lo que lo convierte en lo más rentable), tu miedo irracional no se tumba con razones.

Tendrás que dar un salto al vacío, como cuando decidiste arrancar tu negocio y salió mejor de lo que creías posible.

Para los que quieren multiplicar sus ventas al tiempo que crean una marca sólida, con relación genuina con la audiencia incluida en el pack, tengo esto:

> Escribir con Solvencia

Ahí están los cimientos de mi método. Para aprender a enviar mails que producen ventas.

Bajas masivas, no. Ventas, sí.

Con la frecuencia que tú quieras, poco a poco, sin agobios. O de golpe y sin mesura, como dos personas que se aman por primera vez. Eso, también es cosa tuya.

Que pases un gran día,

Javi «la asiduidad es tu amiga» Vicente

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