El otro día hablaba con un amigo.
Quiere abrir un espacio de trasteros. Tiene el local. Tiene la ganas. Tiene la pasta.
Lo que no tenía era un estudio que le hiciera el presupuesto y viabilidad del proyecto.
Así que averiguó quienes son los señores que realizan ese tipo de proyectos y los llamó.
A 5 o 6.
Resultado: solo obtuvo respuesta de 2.
Bueno, hubo más. Pero eran del tipo:
«Es que justo ahora el que envía los presupuestos está de vacaciones. Llama en 3 semanas».
«Es que tenemos un virus en el ordenador y no podemos ni abrirlo. Tiene que venir el técnico mañana. Déjanos tu número y te llamamos».
El caso es que ninguno de esos negocios mostró el más mínimo interés por hacer un seguimiento.
¿Y qué hizo mi amigo?
Pues irse con quien le dio mejor espina, claro. La cosa estaba entre dos. Pero al final se decantó por uno. Se quedó con los que respondieron en un tiempo razonable aportando el presupuesto más detallado.
¿Eran los más baratos? No. Eran los que le dieron lo que necesitaba para tomar su decisión: respuestas a su problema.
A ver.
Últimamente veo que en muchos negocios, las restricciones, la crisis y la pandemia se han convertido en la excusa perfecta para la incompetencia. Veo muchos que se escudan en que «la cosa está achuchada» para dar un mal servicio.
Ojo, que en algunos casos puede estar justificado. No digo que no.
Lo que digo es que los que están dando una atención y un servicio mediocre o peor… nos lo ponen muy fácil.
Mira. Ahí fuera sigue habiendo gente que necesita tus servicios. Gente que está ponderando varias opciones, tal vez. Gente que tiene urgencia o ganas de solucionar su problema. Como mi amigo.
Entonces, lo que tienes que hacer no es tirar tus precios o hacer descuentos agresivos. No. Ahora es mucho más fácil. Porque tienes mucha batalla ganada con SEGUIR dando un buen servicio.
Me refiero a dar servicio a los que son clientes… y a los que quieren serlo, claro.
Ya sabes, para evitar que se seque la tubería que te trae nuevos clientes.
Bueno. Yo doy servicios, también.
Dependiendo de lo que quieras hacer, la cosa puede ir desde una consultoría para revisar y mejorar tus textos hasta la escritura de una página de ventas o de unos mails para tu audiencia.
No puedo decirte de entrada qué necesitas ni cuánto te costará. Para eso tengo que hablar primero contigo, claro.
Lo que puedo decirte es que no buscaré excusas torpes para no atenderte personalmente y ver cómo puedo ayudarte.
Si necesitas contar mejor lo que haces para que más gente decida comprarte, aquí te cuento cómo podemos trabajar juntos:
Que tengas un gran día.
Javi «sigue con un buen servicio» Vicente.
PD: Link.
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¿Qué te deparará el destino?