Ya tenemos vacunas. Muchas. Este domingo se reparten.
Pero ¿cómo convencer a ese porcentaje de la población que, según el día que se lo preguntes al CIS, oscila entre el 23% y el 47%?
Esto es importante. Porque si convences a un antivacunas, convences a cualquiera.
Bueno. Pues si Pedro me preguntara, yo le propondría esto:
Pondría un bombo con bolas. Tantas como centros de salud, hospitales y residencias pongan la vacuna en Madrid. Y elegiría una mano inocente, por ejemplo la de Ayuso, para que sacara una bola.
Todo esto supervisado por un notario escogido personalmente por Abascal para comprobar que no hay trampa ni cartón.
Entonces, tras el sorteo que decide en qué centro se vacunará el presidente, justo a continuación, sin dar tiempo a preparar nada, Pedro Sánchez se monta en su coche oficial junto con el notario para ir a ese centro.
Una vez allí, acuden también Inés y los Pablos, quienes no solo actúan de observadores imparciales, sino que se vacunarán a continuación. Y el notario de Abascal comprueba que el sanitario encargado de vacunarles escoge 4 dosis de vacuna totalmente al azar y completamente válidas. Vamos, que no son soluciones salinas ni nada parecido. Sino que son dosis de las buenas, de la que se pondrá también la princesa de Asturias.
Y de esas, el sanitario le pone una a Pedro, y luego vacuna con las otras dosis a los Pablos y a Inés.
Bueno. Es improbable que el ejecutivo me contrate para poner en práctica este plan.
Y es una lástima porque una historia así disiparía muchas dudas. Acerca de la vacuna, sí. Pero también de la capacidad de los políticos para aprovechar sus diferencias en trabajar en común.
Además, sería una historia memorable. Entretenida, polémica y de la que hablarían periodistas, tertulianos y gente de a pie durante mucho tiempo. No solo en España. También en el resto del mundo. Incluso otros países tomarían nota y la aplicarían también.
Porque es el relato el que se encarga de demostrar al público que la vacuna es segura. No los informes de la Agencia Estatal del Medicamento. No las declaraciones de un Ministro. El relato. Que se ve, perdura en la mente, se entiende y crea la visión que buscas.
Bien.
Esto de contar buenas historias que convencen a tu audiencia sin tener que hacerles un pitch de ventas duro, lo vemos en profundidad en la formación de Enero. Para apuntarse y recibirlo en tu buzón después de las campanadas, aquí:
La fecha para recibirlo a tiempo se está acercando peligrosamente. Cuando acabe el año, el boletín desaparecerá como el último langostino en la cena de Nochebuena.
Que pases un gran día,
Javi «vacunas ante notario» Vicente
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