Supongo que recordarás la que se lió cuando murió Stephen Hawking.
El mundo quedó conmocionado. Nadie se lo esperaba.
Los británicos salieron en masa a las calles a llorar la pérdida.
Manifestaciones espontáneas de físicos teóricos se sucedieron a las puertas de las cafeterías de campus universitarios de todo el planeta.
Era tal el fervor de la gente, que el Reino Unido decidió decretar 3 días de luto nacional.
¿Y cuándo instalaron la capilla ardiente en el Palacio de Buckingham?
Las multitudes hicieron cola. Hubo altercados con la policía por culpa de los fans más exaltados. La capilla ardiente quedó cubierta de sillas de ruedas y sintetizadores de voz que las personas depositaban al darle su último adiós. Hasta Theresa May, la primera ministra, dejó frente al féretro de Hawking la silla de ruedas de su abuela en señal de respeto.
Bueno. Nada de eso pasó. Pero a lo mejor te suena. Porque es lo que ha sucedido en Argentina con la muerte de Maradona.
Y aquí, como en casi todo en la vida, hay una lección de ventas.
Mira: Hawking ayudó a definir las bases de un mundo donde Dios no tenía arte ni parte. Maradona era la mano de Dios. Y da igual lo demás. Aunque se pasara de la raya.
Ambos tenían su público. Pero la cantidad de personas a las que fue capaz de llegar cada uno ha sido muy diferente.
¿La razón?
La proeza de Maradona se entiende. Se ve. Marca un golazo en el momento crítico y un país entero gana.
Lo de Hawking… eso cuesta más. Física teórica. El espacio-tiempo. El cosmos. Bufff. No es fácil crearse una visión sobre eso. Nos pilla muy lejos.
¿Agujeros de gusano? ¿Viajes en el tiempo? ¿Los peligros de enviar una sonda al universo que es como un cartel luminoso que dice «Aquí la Tierra; bienvenidos seres hostiles»? Pobre chalado. Ni de coña. No lo veo.
¿El jugadón de Dieguito? ¿El regate desde el centro del campo con el balón? ¿El golazo de la victoria? Eso sí lo veo. Abramos otra lata de cerveza para celebrar y prendamos una bengala.
Al final es una cuestión de visión. De que tu audiencia entienda lo que tienes para ellos.
Cuanto más fácil lo vean, más fácil te compran.
Para los que buscan crear la visión adecuada en la mente de las personas a las que se dirigen, sean físicos teóricos o fanáticos del Boca, tengo esto:
Porque si tus clientes no ven lo que tienes para ellos, no te compran. Y sin ventas no hay negocio que valga ni gloria bendita.
Que pases un gran día.
Javi «Exequias» Vicente.
Abajo, un botón para ir a otro correo al azar.
¿Qué te deparará el destino?