El otro día seguí un funnel.
Me saltó un anuncio en Twitter. Me llamó la atención. Me dije «vamos a ver».
(en seguida verás qué error garrafal estaban cometiendo y si tú también lo haces).
(en seguida verás qué error garrafal estaban cometiendo y si tú también lo haces).
Me instalé la app que anunciaban.
Y poco después de darme de alta, me muestran una pantallita para que me suscriba un año entero.
Todavía no sabía cómo iba la app, pero bueno, tienen claro que el objetivo es que compres.
Lo raro es lo que hicieron después. Yo cerré la app porque tenía otras cosas que hacer. Y cuando la volví a abrir me ofrecían lo mismo pero con un 50% de descuento.
Entonces pensé: «Qué cabrones. Seguro que me lo pueden ofrecer por menos».
Y cerré la app. Y cuando volví a entrar tenía una oferta con un 70% de descuento:
Y cerré la app. Y cuando volví a entrar tenía una oferta con un 70% de descuento:
«Si llegan al 90% de descuento igual compro».
Y la cerré.
¿Y qué? Pues que los de la app me han malacostumbrado. Ya sé cuál es su juego y, como no me dan una razón para comprar ahora, pues no lo hago: «¿Y si la próxima vez me hacen mejor descuento? ¿Y si acabo pagando más por comprar ahora en lugar de esperarme unos días, unas semanas, un mes?»
Es la estrategia perfecta para atraer a clientes sin una necesidad acuciante.
De esos que pagan poco, mal y tarde.
De esos que pagan poco, mal y tarde.
Si te gustan este tipo de clientes solo tienes que denigrar tu producto como han hecho los de esta app.
Para los que prefieren atraer al cliente dispuesto a pagar lo que vale tu solución y que además compre ahora porque no habrá momento mejor, tengo esto:
No es juntar palabras bonitas.
Es crear un mensaje que tatúa cerebros, remueve emociones y saca carteras lo antes posible.
En ese orden.
Que pases un día excelente,
Javi Vicente.
--------------------Javi Vicente.
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¿Qué te deparará el destino?